A medida que nuestros hijos crecen cada vez necesitan y exigen más autonomía e independencia.
Conseguir que nuestros hijos sean autónomos e independientes requiere de bastante esfuerzo por nuestra parte.
Y aunque no nos demos cuenta, solemos ser los padres quienes inconscientemente boicoteamos la demanda de independencia de nuestros hijos porque no nos conviene.
A continuación te explicamos algunos ejemplos de lo que no debemos hacer y de cómo fomentar su autonomía.
Cuando los padres frenamos la autonomía e independencia de los niños
Todos los padres queremos que nuestros hijos sean independientes, el problema es que queremos que lo sean en según qué momentos y según para qué cosas.
Cuando pensamos en un niño autónomo e independiente solemos cometer el error de asociarlo a una mayor comodidad para los padres. Porque tendemos a pensar que algo que haga el niño por sí sólo es algo mucho más cómodo para nosotros. Y nada más lejos de la realidad, al menos, cuando aún son muy pequeños.
En los primeros años esperamos que no pidan tantos brazos, que no lloren tanto, que jueguen solos, que se duerman solos… El problema es que muchos niños aún no están preparados para hacer estas cosas, aunque el hijo de tu vecina y el de fulanita sí que lo hagan.
En cambio, a veces piden hacer algo por ellos mismos (“mamá/papá, yo solo”) y resulta que justo nos pilla en muy mal momento. Ya sea porque estamos cansados o porque tenemos prisa. Y acaba sucediendo que: (“va, venga, rápido, que llegaremos tarde”, “no, así no, déjame a mí que acabamos antes” ).
Y es que depende del momento ya no nos resulta tan cómodo que muestren autonomía. Porque nuestra prioridad en ese momento es otra. Queremos que vayan rápido, que no se entretengan…
Ni las primeras situaciones que hemos explicado ni en estas últimas estamos ajustando nuestras demandas a las necesidades de nuestros hijos.
Estamos exigiendo cosas para las que aún no están preparados.
Cómo ayudar a tu hijo a ser autónomo
Ayudar a conseguir autonomía e independencia no tiene por qué estar relacionado con llorar ni con sufrimiento. Por ejemplo, hay gente que piensa que para que un bebé aprenda a dormir solo hay que dejarlo llorar.
La realidad es que para conseguir autonomía e independencia en los niños es necesaria mucha paciencia y tiempo. Sobretodo mucho tiempo.
Y no, tampoco está relacionado con nuestra comodidad, más bien es todo lo contrario.
Darle autonomía es dejarlo que coma solo, aunque eso signifique que se manchará y luego tendremos que limpiar.
Es dejarlo que camine en lugar de usar el carro, y posiblemente tardaréis 20 minutos en recorrer 100 metros porque se parará cada dos pasos para ver cualquier cosa que le llame la atención.
También es dejarlo que coloque cosas en su sitio o que las coja por sí mismo, aunque él vaya a tardar mucho más en hacerlo que si lo hacemos nosotros.
O dejarlo que se desvista y se vista solo, aunque las primeras veces se ponga los pantalones o la camiseta del revés.
Fíjate en todas las cosas que comienza a intentar hacer por él mismo. Y si quieres fomentar la autonomía e independencia de tu hijo, déjale que lo intente él sólo. Siempre y cuando no sea algo peligroso, claro.