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Cómo abrigar a los bebés en invierno

Cómo abrigar a los bebés en invierno

El tema de abrigar a los bebés en invierno siempre ha dado bastante controversia. Sobretodo si preguntamos a nuestras mamás o abuelas. Seguro que recuerdas lo mucho que te insistía mamá en que te abrigaras, y lo que pesaban las capas y capas de mantas en la cama. 

A continuación te explicamos cómo abrigar a los bebés en invierno de forma correcta para que no pasen frío.

Ten en cuenta el frío en sí no es malo, lo malo son los cambios bruscos de temperatura. La norma general dicta que debes abrigar a los bebés en invierno igual que te abrigas tú o con una capa más si son muy pequeños.

Aunque tener las manos frías no siempre es signo de que estén pasando frío, si se las notas heladas presta atención a otros signos. Notarás si un bebé tiene frío porque tanto las manos, como las orejas, los pies y las piernas tienen una temperatura baja. Además, un bebé que siente frío suele llorar para hacérnoslo saber.

En cambio, si le tocas la nuca y la parte superior de la espalda y la notas sudada, es señal de que el bebé está pasando calor y deberías quitarle alguna capa de ropa.

Cómo abrigar a los recién nacidos en invierno

El sistema termorregulador de los bebés recién nacidos aún no funciona demasiado bien. Además, también cuentan con poca grasa en el cuerpo. Tampoco se mueven mucho pues aún no caminan ni gatean. Por lo que su cuerpo no genera tanto calor como nosotros cuando nos movemos.

Por este motivo hay que prestar atención en abrigar a los bebés en invierno de forma correcta para que no pasen frío pero sobretodo sin pasarnos. 

Ten en cuenta que al no caminar tienen más frío, pero también es cierto que van dentro del capazo del cochecito por lo que están más protegidos del viento y de las inclemencias del tiempo. 

Con un body o camiseta de manga larga, un jersey y un abrigo gordito será suficiente para abrigar a los bebés en invierno. Si notas tanto frío que incluso tú necesitas ponerte una bufanda, guantes y un gorro, pónselos a tu bebé también. Siempre puedes llevar una mantita para poner y quitar en función de si hace más o menos frío o de si sale el sol o se nubla.

Si los abrigamos demasiado podríamos provocarle febrícula, es decir, que le suba la temperatura del cuerpo simplemente por ir demasiado abrigado.

Puedes comprobar si pasan calor tocando su nuca, frente o espalda para notar si está demasiado caliente o incluso húmeda de sudor. Si ese es el caso, puedes bajar su temperatura quitando alguna capa de ropa. 

Cómo abrigar a los bebés y niños en invierno

A partir de los 3 meses de edad los bebés ya comienzan a tener más grasa acumulada en su cuerpo, así como a moverse un poco más. En este momento la norma de la capa más que tu puede ser un poco más flexible y puedes abrigarlo igual que tú o con una capa más, dependiendo de cómo lo veas.

Una vez que el bebé pase del capazo a la silla de paseo puedes seguir usando una mantita o incluso un saco para proteger las piernas del viento y frío.

Cuando el niño ya comience a caminar vístelo con las mismas capas que te vistes tú. Ten en cuenta que si el bebé o niño llegan a sudar del calor, la ropa se humedece. Tener la ropa húmeda o incluso mojada le hará pasar mucho más frío.

La regla de las 3 capas

Siempre nos regiremos por la norma de vestir a nuestros hijos con las mismas capas que tú o una más. El problema es que mucha gente no se abriga correctamente. Y esto es especialmente importante si vives en una zona fría o con inviernos duros.

Es importante que tanto adultos como bebés y niños se abriguen correctamente para no pasar frío. Para eso es importante conocer la regla de las 3 capas. Más que la cantidad de capas que te pongas tu o tus hijos, lo que importa es el material y tejido de las capas en sí. 

Primera capa

La primera capa es la que va en contacto con la piel. En invierno, si hace frío, el algodón no es adecuado como capa interior, pues no es transpirable.

Ponle a tu bebé o niño ropa interior de fibras sintéticas o de lana merino. Ya sea body o camiseta, o si hiciera mucho frío incluso leggins.

Estos tejidos son transpirables y no quedan húmedos ni mojados, ya que repelen el sudor. Esto es muy importante porque le ayudarán a conservar el calor. Tener ropa húmeda en contacto con la piel le hará pasar frío por muy abrigado que esté.

Segunda capa

La segunda capa dependerá del frío que haga en el exterior.

Como segunda capa puedes ponerle la ropa normal que le pondrías si estuviera dentro de casa. Lo ideal es un jersey, cuanto más pequeño sea el punto más conservará el calor.

Si no hace excesivo frío un jersey de algodón será suficiente. Si hace mucho frío, puedes optar por otros materiales como el vellón o la lana.

Tercera capa

La tercera capa es la exterior, es decir, el abrigo que utilices. Para que se cumpla la regla de las 3 capas, el abrigo exterior debe cumplir dos requisitos: impermeable y que proteja del viento.

Si no hace mucho frío pero ha llovido y está todo húmedo puedes ponerle un chubasquero o un traje de galón impermeable. Le protegerán del agua y del viento. Las capas interiores se encargarán de conservar el calor.

Si hace frío un abrigo grueso y del material adecuado para proteger del viento y de la humedad.

Y si ha nevado considera ponerle un traje grueso impermeable que le proteja del viento, de la humedad y del frío de la nieve.

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