
Aunque hayáis disfrutado de la lactancia materna, a veces las noches se hacen muy pesadas y notas tanta demanda nocturna que te planteas el destete nocturno.
Aunque hayáis disfrutado de la lactancia materna, a veces las noches se hacen muy pesadas y notas tanta demanda nocturna que te planteas el destete nocturno.
Muchas madres llega un momento durante la lactancia materna en el que ya no se sienten a gusto amamantando a sus hijos y se pasa a convertir en algo molesto. ¿Qué es la agitación por amamantamiento y por qué sucede?
Se trata de una preocupación bastante común entre madres y padres cuando su hijo tiene más de un año y no le gusta la leche.
Hoy vamos a hablaros de algo que seguro interesará a aquellas familias de bebés que aún no han desarrollado el lenguaje oral: la lengua de signos para bebés.
Desde que nuestro bebé nace, los padres poco a poco aprendemos a descifrar lo que necesita nuestro hijo o hija y tratar de interpretar aquello que nos trata de decir. ¿Hambre, pipi, caca, dolor de tripa, sueño? No es hasta el año o dos años que finalmente dicen sus primeras palabras y podemos comunicarnos con ellos de forma más o menos efectiva.
Pero es posible comunicarnos con ellos mucho antes de que el bebé desarrolle el habla. A continuación os hablaremos del lenguaje de signos para bebés.
Una vez hemos sido madres uno de nuestras preocupaciones es la vuelta al trabajo. Si además, estamos dando pecho, a este miedo se le suma la incertidumbre de si podremos compatibilizar trabajo y lactancia materna o tendremos que dejarla antes de lo deseado.
Los hábitos y las rutinas para ir a dormir han demostrado ser muy beneficiosas en la mayoría de los niños y bebés. Además, una rutina de sueño para bebé o niño puede ayudar a mejorar la calidad del sueño infantil, y por consiguiente, también la de los padres.
A continuación te explicamos en detalle lo que hay que tener en cuenta a la hora de establecer una buena rutina para bebés o para acostar a los niños.
Ya tenéis la decisión tomada, vais a divorciaros, pero un divorcio con niños no es fácil. En este momento es cuando surgen un montón de dudas respecto a cómo planteárselo y decírselo a vuestros hijos.
Un divorcio ya sea con hijos pequeños o sin hijos no siempre es fácil. Hay divorcios en el que las parejas una gran madurez y responsabilidad. Pero también otros que son más desafortunados donde hay discusiones, malos rollos y se utilizan a los niños como armas contra el otro progenitor.
A continuación queremos daros algunas pautas para ayudaros en la separación con hijos pequeños para que estos padezcan el menor sufrimiento posible.
El sueño de los niños es un tema que preocupa a la gran mayoría de padres de bebés o niños pequeños. Se trata de un tema muy recurrente porque no solemos entenderlo. Y es que su sueño se parece muy poquito al sueño que tenemos los adultos.
Además, a eso le sumamos la habitual presión social que reciben muchas familias para que los bebés muestren una madurez y una independencia para la que, en muchos casos, aún no están preparados.
Por este motivo, a continuación te explicamos cómo es el desarrollo normal del sueño infantil. Porque entendiendo mejor cómo se desarrolla puedes conocer cuales son las conductas esperadas según su edad. Y del mismo modo, darte cuenta de que algunos supuestos problemas, quizás no lo sean.
Seguro que alguna vez te han dicho “ahora que comienza a caminar te vas a dejar la espalda”. Y es que mucha gente piensa que para que un bebé aprenda a andar es necesario cogerlo por las manos y acompañarle en los primeros pasitos.
En realidad los niños no necesitan tanta estimulación ni tanta intervención de los adultos para llegar a desarrollarse de manera correcta. A continuación te explicamos los beneficios del movimiento libre en los bebés y por qué no deberíamos forzarlos a hacer cosas para las que aún no está preparado.
Llega un momento alrededor de los 2-3 años en el que los niños tienen muy claro con quien quieren hacer cada cosa. Para jugar, para sacarlo de la silla del coche, en el baño, para ir al parque… Y los padres nos lo podemos tomar muy a pecho porque lo vivimos como un rechazo. Muchos papás o mamás piensan “¿Qué he hecho mal? ¡Mi hijo me rechaza!”.