
Desde que el bebé nace hasta que cumple su primer año, su principal alimento debe ser la leche. Ya sea leche de fórmula o materna. A partir de los 6 meses y tras cumplir ciertos requisitos es el momento de iniciar la alimentación complementaria. No todos los alimentos valen, hay que tener en cuenta que existen ciertos alimentos prohibidos para bebés y niños.
Con el inicio de la alimentación complementaria el bebé comienza a probar otro tipo de alimentos. Y descubre nuevos sabores y nuevas texturas. Años atrás el inicio de la AC era un buen quebradero de cabeza, con pautas muy estrictas y complicadas ofrecidas por los pediatras para introducir los alimentos.
Hoy en día la cosa ha cambiado, es mucho más sencillo. Ahora se sabe que los bebés pueden comer prácticamente de todo desde que cumplen seis meses sin problema. Cereales, huevo, carne, frutas, verduras… Y sin necesidad de esperar a los 7, 8 o 9 meses para introducirlos.
Eso sí, hay una serie de alimentos prohibidos para bebés y niños. Algunos restringidos al primer año de vida y otros hasta que cumplen los 3 o 6 años.
Alimentos prohibidos para bebés y niños
■ Sal
La sal no es adecuada para los bebés ya que sus riñones aún están en proceso de maduración. Además, si lo que queremos es que con el inicio de la alimentación complementaria se acostumbren a probar e identificar sabores de los distintos alimentos, lo ideal es no alterar su sabor añadiendo aditivos a la comida como es la sal.
A partir del año podemos comenzar a añadir un poco de sal a sus comidas. Aunque cuanto más tarde comiences a darle mejor. Procura ponerle muy poca cantidad y fíjate que sea sal yodada.
Cuidado con algunos embutidos o determinadas conservas. Pues aunque aparentemente son inofensivos suelen llevar mucha sal. Lo mismo sucede con los alimentos procesados.
Revisa las etiquetas de los alimentos antes de dárselos a los niños para saber si contienen demasiada sal o no. Se considera bajo en sal aquel que tiene 0,25gr de sal por cada 100gr de producto. Más de 1gr de sal por cada 100gr se considera que tiene un alto contenido en sal.
■ Espinacas y acelgas
Las espinacas y las acelgas tienen un alto contenido de nitratos. Por este motivo la Agencia Española de Seguridad Alimentaria recomienda no ofrecer espinacas ni acelgas a los bebés menores de un año. Si se incluyen en alguna comida, hay que procurar que el contenido no sea mayor del 20% de la ración que el bebé comerá. Y no debes ofrecerlas con frecuencia.
Lo ideal es que los niños y niñas entre 1 y 3 años no coman más de una ración de este alimento al día. Evita que las coman aquellos niños que sufran infecciones gastrointestinales pues empeoraría su estado.
■ Miel
La miel puede provocar botulismo, una enfermedad muy peligrosa aunque por suerte poco frecuente. Por este motivo, la miel se considera uno de los alimentos prohibidos para bebés menores de un año. Además, la miel es muy cariogénica, por lo que se recomienda limitar su consumo hasta que los niños alcancen al menos los 3 años.
■ Leche entera y derivados
La leche entera de vaca contiene un exceso de proteínas y pueden ser perjudiciales para los riñones de los bebés. La leche de vaca contiene mucha más proteína que la leche materna. Y los pequeños riñones de los bebés no son capaces de filtrar tanto exceso de nutrientes.
Por este motivo debes alimentar a tu bebé menor de un año con leche materna o con leche de fórmula. Y restringir el consumo de otros derivados lácteos como el yogurt y el queso. A partir del año se puede introducir la leche entera en la alimentación del pequeño.
Por otro lado, varios estudios revelan que la leche de fórmula engorda más que la materna porque algunas marcas contienen exceso de proteínas. Así que el riesgo de obesidad es otro factor a tener en cuenta.
■ Pescados grandes
Nuestros mares están cada vez más contaminados, por lo que hay que ir con especial cuidado con ciertos pescados. Hay que evitar el consumo de pescados grandes como el pez espada o emperador, lucio, atún, tintorera y cazón en niños menores de 3 años por su contenido en mercurio. En niños mayores hasta los 12 años debe limitarse el consumo de pescados grandes a 50 gr. por semana.
Por otro lado, las cabezas de gambas, langostinos y cigalas, así como el cuerpo de crustáceos como el cangrejo, contienen cadmio. Por ese motivo, los niños menores de 3 años deben evitar su consumo habitual.
■ Frutos secos enteros
Los frutos secos enteros son los alimentos con más peligro de asfixia por eso se consideran alimentos prohibidos para niños.
Su forma redonda, pequeña, dureza y consistencia hace que no se deshagan en la boca. No solo pueden provocar la asfixia por obstrucción sino que también pueden provocar una broncoaspiración. Es decir, que trozos pequeños se inhalen y entren al pulmón, teniendo muy graves consecuencias.
Los frutos secos pueden tomarse desde los 6 meses de edad, pero deben presentarse molidos o en forma de crema. Se recomienda no dar frutos secos enteros ni en trozos hasta que los niños cumplen entre 3 y 5 años y siempre con cuidado y precaución.
Existen otros alimentos que también son peligrosos por su forma redonda como las salchichas, las uvas enteras o las olivas con piñón. También hay otros alimentos con los que ir con cuidado por ser duros como la zanahoria cruda o la manzana cruda, pues pueden provocar asfixia y/o broncoaspiración.
■ Carne, pescado y huevo crudo o poco hecho
No hay que ofrecer nunca pescados, carnes o huevos crudos pues hay riesgo de que presenten bacterias como la salmonela, listeria, campilobacteria o escherichia coli. Se recomienda esperar hasta que el niño cumple 3-5 años para ofrecerlos. Así, en caso de infección el niño sería más mayor y su organismo más preparado.
Recuerda que algunos alimentos como el alioli, la mayonesa o el merengue preparados de forma casera contienen huevo crudo. Procura también servir los huevos fritos, hervidos así como las tortillas bien cocinados para evitar salmonelosis.
■ Carne de caza
La carne que proceda de animales cazados con munición de plomo, así como sus derivados, es otro de los alimentos prohibidos para niños. Deben evitarse por completo hasta que el niño cumpla al menos los 6 años de edad ya que el plomo puede provocar daños neuronales.