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Alimentación complementaria a partir de los 6 meses

Le leche es el alimento principal de los bebés hasta los 12 meses

Alimentación complementaria a partir de los 6 meses

Es a partir de los 6 meses de edad cuando puedes comenzar a ofrecerle alimentos distintos a la leche a tu bebé. A esta etapa se la conoce como el inicio de la alimentación complementaria. Y tal y como indica el nombre se trata de una alimentación que complementa la lactancia, ya sea lactancia materna o con leche de fórmula.

Los primeros 6 meses de vida del bebé, debe alimentarse exclusivamente de leche. Las tomas de leche, ya sea materna o de fórmula deben ser a demanda del bebé, es decir, debemos ofrecerle leche siempre que este lo requiera. Y sin restringir el tiempo de las tomas. Tal y como recomiendan tanto la Organización Mundial de la Salud como la Asociación Española de Pediatría

Requisitos para iniciar la alimentación complementaria

Los 6 meses de edad es una estimación aproximada para el inicio de la alimentación complementaria. Y es que no todos los bebés están preparados para su inicio justo a los 6 meses de edad. 

Existen una serie de señales que nos indican que el bebé ya está preparado para iniciar la alimentación complementaria. No deberías iniciar la alimentación complementaria, sea con triturados o con trozos, si tu bebé aún no cumple alguno de los siguientes requisitos:

  • Haber cumplido los 6 meses de edad.
  • Muestra interés por la comida.
  • Se aguanta en la posición de sentado sin ayuda.
  • Haber perdido el reflejo de extrusión. Es decir, que no escupe ni saca con la lengua los alimentos que le entran en la boca.

Estos requisitos puede que los cumpla con 6 meses de edad, o quizás tarde unas semanas o unos pocos meses más. Si pasa mucho tiempo y tu bebé no cumple los requisitos, consulta con su pediatra antes de iniciar la alimentación. Nunca fuerces al bebé a comer, pues puede ser contraproducente.

Cómo iniciar la alimentación complementaria e introducir los alimentos

Debes ofrecerle los alimentos poco a poco y de uno en uno. Esperando unos 2 o 3 días antes de introducir un alimento nuevo. De esta manera podrás detectar con facilidad posibles reacciones, alergias o intolerancias.

Un alimento se considerará introducido si se lo has ofrecido hasta en 3 ocasiones sin que el bebé haya mostrado ninguna reacción a él. No es necesario que le ofrezcas el mismo alimento 3 días consecutivos.

Lo ideal es que cocines los alimentos de la forma más sana posible, es decir, al vapor, a la plancha, hervidos. Siempre evitando la sal y el azúcar. Aunque no hay problema con otros condimentos. Puedes añadirle un chorrito de aceite de oliva virgen extra para que esté más sabroso.

Puedes ofrecerle los alimentos al bebé de distintas maneras. Puedes chafar los alimentos que le hayas preparado con un tenedor y ofrecerlos así. Hay familias que prefieren ofrecerlos triturados, en forma de cremas y purés. Y finalmente hay quien prefiere practicar baby led weaning (BLW) con sus hijos, es decir, ofrecerle la comida en trozos grandes y que el bebé sea quien los gestione.

Si decides practicar BLW infórmate bien de cómo debes ofrecer los alimentos al bebé para no sufrir ningún accidente.

No ofrezcas ninguno de los alimentos considerados prohibidos o peligrosos en bebés o niños ni aquellos alimentos con más peligro de asfixia.

Despertar el interés del bebé por los alimentos

Habrá muchas veces que el bebé no quiera los alimentos que le ofreces y se niegue a comerlos o incluso a probarlos. Si esto sucede no debes forzarlo nunca a comer. Si lo fuerzas es posible que consigas el efecto contrario y que las comidas pasen a ser cada vez más complicadas. Incluso puede ser que el bebé no se encuentre bien en ese momento o simplemente no tenga hambre.

El objetivo es que sienta interés por comer y probar nuevos alimentos, y no que simplemente coma sin más. Por este motivo lo mejor es que no haya ningún tipo de distracción. Evita usar la televisión, tablets o móviles para entretener y distraer al bebé mientras come.

La mejor forma de que muestre interés y sienta curiosidad es dejar al bebé que toque, investigue, manipule y pruebe los alimentos por sí solo. Aunque se manchen sus manos, el suelo o la mesa, la solución es bien sencilla y los beneficios son mayores. 

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